El fuego, los fuegos
No son porque quemen
Son por su luz
Los ojos, tus ojos
Son lo que miran de mí
Pero yo quizá eso no soy
Tus manos, mis manos
Tropiezan y ruedan
Caídas que tiendo a repetir
La rima embellece
Aquello que quizá no es
Ni vos ni un poquito de mí
F.M.V.
PARTES APARTE
Otra vez la noche y su ya conocido compañero: el insomnio.
Siento nuevamente el desdoblamiento de mi alma (se me antoja así), o al menos lo intuyo; lo sospecho en su manifestación (casi) física, indefinible: ¿un vacío?; ¿un espacio vacante dentro de mi yo?
Y si Sábato tiene razón, quizá por eso no concilio el sueño.
Me inquieta desconocer el paradero de aquella otra parte de mi alma, que en este momento siento ajena a mí; distante.
Pero me inquieta mucho más no saber entonces, en este estado de cosas, quién soy.
F.M.V.
Siento nuevamente el desdoblamiento de mi alma (se me antoja así), o al menos lo intuyo; lo sospecho en su manifestación (casi) física, indefinible: ¿un vacío?; ¿un espacio vacante dentro de mi yo?
Y si Sábato tiene razón, quizá por eso no concilio el sueño.
Me inquieta desconocer el paradero de aquella otra parte de mi alma, que en este momento siento ajena a mí; distante.
Pero me inquieta mucho más no saber entonces, en este estado de cosas, quién soy.
F.M.V.
CIUDADES DE BUENOS AIRES
Un corazón, dos mitades
Ángulos, justos encuentros de sol
Construyen mágicas ciudades
Áureas violetas de tu canto bemol
Sendero obligado, tu piel
Se mueve y da vueltas a mí alrededor
Me pinta sin premura ni pincel
Tus manos, tus ojos, tu pintura multicolor
Tu voz en el aire, el crepúsculo aliado
No te calles. Nunca adiós.
Ríos de púrpuras gotas ya navegados
Son la fuente, soy yo, soy vos.
F.M.V.
Ángulos, justos encuentros de sol
Construyen mágicas ciudades
Áureas violetas de tu canto bemol
Sendero obligado, tu piel
Se mueve y da vueltas a mí alrededor
Me pinta sin premura ni pincel
Tus manos, tus ojos, tu pintura multicolor
Tu voz en el aire, el crepúsculo aliado
No te calles. Nunca adiós.
Ríos de púrpuras gotas ya navegados
Son la fuente, soy yo, soy vos.
F.M.V.
EL PIZARRÓN
A veces empezar al revés: buscar por el final las luces que indiquen un camino propicio. Desandar un sendero desde el resultado pretérito convertido en punto de partida. ¿Qué nos permite este ejercicio?
Sábato dice que si uno ve retrospectivamente su vida, si uno tuviera la capacidad de poner en un pizarrón las vivencias en un mismo plano, todos los sucesos que en el presente parecen intrascendentes podrían ser identificados como indicios de un acaecimiento futuro.
Me pregunto cuáles serían mis decisiones de tener, por alguna razón mágica, dicho pizarrón al comienzo de mi vida.
Lo inquietante no es la alquimia por la cuál dicho suceso podría concretarse sino el peso insoportable del conocimiento absoluto de nuestro devenir. Supongo que optaría por una postura escéptica, descreería de dicho pizarrón, o tal vez moriría en ese mismo instante.
F.M.V.
Sábato dice que si uno ve retrospectivamente su vida, si uno tuviera la capacidad de poner en un pizarrón las vivencias en un mismo plano, todos los sucesos que en el presente parecen intrascendentes podrían ser identificados como indicios de un acaecimiento futuro.
Me pregunto cuáles serían mis decisiones de tener, por alguna razón mágica, dicho pizarrón al comienzo de mi vida.
Lo inquietante no es la alquimia por la cuál dicho suceso podría concretarse sino el peso insoportable del conocimiento absoluto de nuestro devenir. Supongo que optaría por una postura escéptica, descreería de dicho pizarrón, o tal vez moriría en ese mismo instante.
F.M.V.
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