A veces empezar al revés: buscar por el final las luces que indiquen un camino propicio. Desandar un sendero desde el resultado pretérito convertido en punto de partida. ¿Qué nos permite este ejercicio?
Sábato dice que si uno ve retrospectivamente su vida, si uno tuviera la capacidad de poner en un pizarrón las vivencias en un mismo plano, todos los sucesos que en el presente parecen intrascendentes podrían ser identificados como indicios de un acaecimiento futuro.
Me pregunto cuáles serían mis decisiones de tener, por alguna razón mágica, dicho pizarrón al comienzo de mi vida.
Lo inquietante no es la alquimia por la cuál dicho suceso podría concretarse sino el peso insoportable del conocimiento absoluto de nuestro devenir. Supongo que optaría por una postura escéptica, descreería de dicho pizarrón, o tal vez moriría en ese mismo instante.
F.M.V.
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