Despacio las horas resbalan, se atan, se hilvanan.
Profundo el temblor de mis miedos
Se calma en el sol de tu voz en mis dedos.
Y vos, desde el otro lado de mi, me mirás.
Y yo, que quiero, y yo que intento, y yo que siempre vos.
Y vos, que tan innecesariamente yo.
Pero quizá…
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