La brisa,
Del batir de las alas de un ángel, no enfría
El ardor carmesí
De tu boca en la mía.
La luz, nevada de luna,
Negra al contraste de tu blanca mano,
Se agota sin más en tu piel,
Flor del eterno verano.
Y yo,
Pobre de toda virtud,
Compongo versos fugaces
Sobre tu eterna beatitud.
F.M.V.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario