LA COSTA DEL OLVIDO

En el silencio de una costa olvidada, escucho un suspiro navegar. Antojadizas las olas, a mi no lo dejan llegar. De su dueña se ha escapado, quiere conocer el mar. Yo, que no lo alcanzo, no quiero dejarlo pasar. Y así, muy despacio, me acomodo al desencanto de tener que dejarlo naufragar.
F.M.V.

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